“Efectos
De Un Peso Producto Del Trabajo Y Un Peso Producto De La Corrupción En México”
José Alberto Sánchez
Nava
1.-El Banco de México inició sus funciones el 1 de
septiembre de 1925, siendo entonces presidente de la República, Plutarco Elías
Calles. Al recién creado Instituto se le otorgó la facultad exclusiva para
crear moneda mediante la acuñación de piezas metálicas y a través de la emisión
de billetes. También se le encargó regular la circulación monetaria, las tasas
de interés y el tipo de cambio.
2.-El
27 de Julio de 1931, siendo Presidente de la Republica Pascual Ortiz Rubio, se
publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Monetaria de los Estado
Unidos Mexicanos, por la cual se desmonetizó el oro en el país. Ocho meses
después se promulgó una nueva Ley Orgánica para el Banco de México, y se le
retiraron al Banco las facultades para operar como banco comercial, se hizo
obligatoria la asociación de los bancos con el Instituto Central y se
flexibilizaron las reglas para la emisión de billetes. Con esto, más la
recuperación de la economía después de la postración de 1929 y 1930, se arraigó
en definitiva al papel moneda como el principal instrumento de pago en el país.
3.-
El artículo primero de la Ley Monetaria Vigente establece que La unidad del
sistema monetario de los Estados Unidos Mexicanos es el peso, y el único que
puede acuñar monedas o imprimir billetes es el Banco de México de acuerdo a las
finanzas públicas expresadas por la Secretaría de Hacienda que puedan respaldar
cada peso que se imprima o acuñe, por tanto, cada peso emitido por el Banco de
México es un certificado de promesa de pago no solo en nuestro entorno nacional
como moneda de curso, sino a nivel internacional en el mercado de divisas y
transacciones comerciales internacionales, ante lo cual, nuestro peso tiene la
calidad de un producto cuyo valor real es representado por las reservas hoy dolarizadas
y la proyección de ingresos a futuro que se determinan por el producto interno
bruto (PIB), reflejado en nuestra balanza comercial y de pago de deuda, ingresos
petroleros y no petroleros etc., constituyéndose como órgano regulador al Banco de
México, el cual se supone debe tener autonomía respecto de la administración
pública federal, de tal forma que le permitan actos de gobierno económico y
fiduciario al momento de emitir moneda a fin de preservar un sano control de
cambio respecto de nuestra moneda sin efectos inflacionarios.
4.-
Si cada peso impreso o acuñado por el Banco de México tiene la naturaleza legal
de un pagaré, cuyo valor se encuentra sustentado en la confianza que se le
tiene a dicha Institución a fin de que el Gobernador del Banco de México
constate que todo peso que este imprima se encuentra firmemente respaldado por
nuestra dolarizada economía, y cuyo motor económico se apoyara no solo en
ingresos fiscales y petroleros, sino en la generación de bienes y servicios por
impulso de nuestras actividades primarias, se frenaría tanto la inflación como
la devaluación de nuestra moneda sin que nos preocupásemos por la fuga de inversiones
de capital extranjero, puesto que el abandono de nuestra planta productiva para
ofrecer solo mano de obra barata, nos ubica bajo una economía ficticia cuya
dependencia se sustenta en factores externos y no de nuestra rentabilidad de
bienes y servicios del sector público y privado.
5.-
Sin embargo nuestro País desde hace más de 30 años ha sobrevivido a los
reiterativos actos de corrupción en materia de finanzas publicas que han venido
afectando el valor efectivo de nuestra moneda frente a la realidad de nuestra
economía, perdiendo ésta poder adquisitivo cuyo impacto es demoledor para las
clases más vulnerables víctimas de interminables devaluaciones, quitando tres
ceros a nuestro peso en 1990 y que lo
único que reflejó fue la fuga de capitales
sustentados en la riqueza de nuestra productividad atropellada por la
especulación financiera vía bancos que finalmente fueron rescatados con el
FOBAPROA con un costo sin precedente a las finanzas públicas de nuestro País.
6.- El pilar tanto legal como económico que representa a un
peso que forma parte de un salario mínimo para que una familia sobreviva, es el
mismo pilar que sustenta al peso que forma parte de los más de seiscientos
cincuenta mil millones de pesos que sólo los gobernadores de los Estados han
dilapidado en los últimos seis años, en esa tesitura mientras que el peso que
forma parte de un salario mínimo cumple éste con una función de desarrollo
social porque representa el pago de la fuerza de trabajo y su cambio y curso
legal es en el ámbito nacional para satisfacer necesidades elementales, es muy
diferente de un peso dilapidado por los Gobernadores, puesto que dicho peso se
convierte en disfuncional toda vez que representa la corrupción en su máxima
expresión, se aleja de la función social y se convierte en una fuga de riqueza
para nuestro País, pues ambos pesos son en realidad deuda, pero con efectos muy
diferentes, y eso, Milton Friedman impulsor de la teoría económica de libre
mercado no lo previó, pues murió sin saber que al menos en México el Gobierno Federal
asumiría en el marco de las reformas estructurales tendientes a la globalización que la Corrupción es Cultural, por tanto ningún modelo económico es viable para
el desarrollo de un País como el nuestro, puesto que la corrupción imperante en
los tres órdenes de Gobierno no permite la sustentabilidad de las actividades
primarias productivas, ni el desarrollo de la ciencia y la tecnología y bajo esa perspectiva podemos deducir, que la corrupción también lo es que tanto los poderes ejecutivo, legislativo
y judicial consuman más de lo que realmente producen en perjuicio del entramado
social.